Últimamente a los blogueros les ha dado por poner un reproductor de música en sus páginas, lo que en principio podría parecer una aportación agradable y relajante se convierte a menudo en una molestia irritante.

La otra opción es intentar bajar el volumen desde la propia página, ardua tarea, puesto que a veces parece que esconden el reproductor para obligarte a navegar arriba y debajo de la página en busca de la insoportable musiquita. Hay otros que son más discretos lo tienen apagado y permiten la posibilidad de poner música si te apetece y la que te apetezca.
Otra cosa que provocan la cantidad de tips y tops y banners y demás añadidos es que a veces cuesta un “juevo” que se acabe de cargar la página y mientras tanto la musiquita sonando.
Supongo que debe ser una manera como otra de atraer visitantes pero en mi caso consiguen alejarme de las que tengo clasificadas como páginas musicales porque al fin y al cabo hay un montón que ofrecen lo mismo y no todas tienen hilo musical.
Son pequeñas molestias de la navegación por internet, nada más.