Mis queridísimos conciudadanos, nuestra bella y querida Villa y Corte Celestial y Virtual, ha perdido sus atributos y ahora solo es un Triste y Despavorido Villorrio, eso si sigue siendo Virtual y Cibernética pero el encanto y la poesía que la embellecían está desapareciendo a pasos agigantados.
Esta es una Crónica que ningún cronista desearía escribir nunca: La destrucción de su terruño por Hordas de Bocasucias venidos de quién sabe dónde.
Como casi todos sabéis muchas de las estancias que ofrecían productos desempaquetados han sufrido bárbaros ataques. Como consecuencia el muy Ilustre Aventajado Alumno del Primer Gran Desempaquetador, el Zagal Bigotudo, ha recogido sus pertenencias y se ha refugiado allende los mares con la esperanza de evitarse más deterioro mental y físico.
Otras estancias como la del Primer Amigo Virtual el Sr. Mixtión ha sufrido la rapiña y destrucción de los almacenes en donde guardaban los productos de los cuales nos abastecemos los tabaquistas a diario.
Los que aún no han sido atacados ofrecen resguardo y apoyo a los heridos pero la batalla ha dejado muchos cuerpos en los caminos y algunos solo pueden restañar sus heridas y seguir un camino que nadie sabe donde les llevará.
El hedor de las hordas pestilentes ha impregnado la Pancarta que se inauguró en memoria del Primer Gran Desempaquetador, y se ha convertido en refugio de deslenguados que desde allí lanzan sus dardos envenenados a todos aquellos que con voluntad solidaria empaquetan y desempaquetan.
Nunca se vio en nuestra villa tamaño despropósito. Cierto es que algunos ciudadanos confundían las estancias tabaqueras con Hospitales y a los desempaquetadores en Sanadores, pero tal error procedía de los propios tabaquistas, que ansiosos por recibir su dosis capaces hubieran sido de fabricar alfombras de saliva para que los Desempaquetadores no dejaran de abastecerles.
¡Se ha llegado a insinuar entre Correveidiles, Dimidiretes y Cotillas especializados que el propio Gran Desempaquetador es el culpable de los ataques! ¡Habrase visto semejante osadía! ¿Por qué El llevaría a cabo semejante atrocidad? Miles siguen siendo sus seguidores, todos a la espera de su regreso, ¿qué necesidad tendría El de desembarazarse de posibles competencias que no son tales? Con una sola palabra suya los tabaquistas correrían a su estancia a rendirle pleitesía ¿Qué molestia serian para El sus alumnos o amigos por muy aventajados que sean? Ninguna. Por muchas insinuaciones que algunos desaprensivos dejen caer, nada prueba fehacientemente que El, el Primero tenga nada que ver en esa infección que atenaza nuestra Villa.
Cierto es que no ha conseguido mantener buenas relaciones con ninguno de sus alumnos y/o amigos, cierto que de todas las estancias en las que ha dejado sus regalos ha tenido que marchar dejando un ingrato recuerdo, cierto que quizás un punto de endiosamiento ha podido malograr tales asociaciones ¿Prueba todo esto que El esté detrás de este purulento virus que ataca a los Desempaquetadores? Vosotros mismos ciudadanos y ciudadanas debéis encontrar la respuesta.
Como Cronista que soy me hallo muy apenada ya que, aún no compartiendo algunos de los criterios por los que se rigen tanto los Empaquetadores como los Tabaquistas, creo firmemente en el respeto al prójimo y por encima de todo, en el respeto a la vida privada.
No intentaré desde estas páginas apelar al sentido común que como todos sabemos es el menos común de los sentidos, sé que la infección está muy extendida, que los Bocasucias no cesarán en sus invectivas y que los asaltantes de almacenes intentarán otros ataques, sólo espero que el aburrimiento les haga fijar sus viperinas lenguas y sus afiladas garras en otros lares, y que los Dioses Cibernéticos cojan confesados a sus siguientes víctimas.
Aquí cesa esta crónica que espero tenga una continuidad más placentera con noticias gratas para todos.
A los que se han ido les deseo Salud y Larga Vida y a los que se quedan Salud y Paciencia.
Esta es una Crónica que ningún cronista desearía escribir nunca: La destrucción de su terruño por Hordas de Bocasucias venidos de quién sabe dónde.
Como casi todos sabéis muchas de las estancias que ofrecían productos desempaquetados han sufrido bárbaros ataques. Como consecuencia el muy Ilustre Aventajado Alumno del Primer Gran Desempaquetador, el Zagal Bigotudo, ha recogido sus pertenencias y se ha refugiado allende los mares con la esperanza de evitarse más deterioro mental y físico.
Otras estancias como la del Primer Amigo Virtual el Sr. Mixtión ha sufrido la rapiña y destrucción de los almacenes en donde guardaban los productos de los cuales nos abastecemos los tabaquistas a diario.
Los que aún no han sido atacados ofrecen resguardo y apoyo a los heridos pero la batalla ha dejado muchos cuerpos en los caminos y algunos solo pueden restañar sus heridas y seguir un camino que nadie sabe donde les llevará.
El hedor de las hordas pestilentes ha impregnado la Pancarta que se inauguró en memoria del Primer Gran Desempaquetador, y se ha convertido en refugio de deslenguados que desde allí lanzan sus dardos envenenados a todos aquellos que con voluntad solidaria empaquetan y desempaquetan.
Nunca se vio en nuestra villa tamaño despropósito. Cierto es que algunos ciudadanos confundían las estancias tabaqueras con Hospitales y a los desempaquetadores en Sanadores, pero tal error procedía de los propios tabaquistas, que ansiosos por recibir su dosis capaces hubieran sido de fabricar alfombras de saliva para que los Desempaquetadores no dejaran de abastecerles.
¡Se ha llegado a insinuar entre Correveidiles, Dimidiretes y Cotillas especializados que el propio Gran Desempaquetador es el culpable de los ataques! ¡Habrase visto semejante osadía! ¿Por qué El llevaría a cabo semejante atrocidad? Miles siguen siendo sus seguidores, todos a la espera de su regreso, ¿qué necesidad tendría El de desembarazarse de posibles competencias que no son tales? Con una sola palabra suya los tabaquistas correrían a su estancia a rendirle pleitesía ¿Qué molestia serian para El sus alumnos o amigos por muy aventajados que sean? Ninguna. Por muchas insinuaciones que algunos desaprensivos dejen caer, nada prueba fehacientemente que El, el Primero tenga nada que ver en esa infección que atenaza nuestra Villa.
Cierto es que no ha conseguido mantener buenas relaciones con ninguno de sus alumnos y/o amigos, cierto que de todas las estancias en las que ha dejado sus regalos ha tenido que marchar dejando un ingrato recuerdo, cierto que quizás un punto de endiosamiento ha podido malograr tales asociaciones ¿Prueba todo esto que El esté detrás de este purulento virus que ataca a los Desempaquetadores? Vosotros mismos ciudadanos y ciudadanas debéis encontrar la respuesta.
Como Cronista que soy me hallo muy apenada ya que, aún no compartiendo algunos de los criterios por los que se rigen tanto los Empaquetadores como los Tabaquistas, creo firmemente en el respeto al prójimo y por encima de todo, en el respeto a la vida privada.
No intentaré desde estas páginas apelar al sentido común que como todos sabemos es el menos común de los sentidos, sé que la infección está muy extendida, que los Bocasucias no cesarán en sus invectivas y que los asaltantes de almacenes intentarán otros ataques, sólo espero que el aburrimiento les haga fijar sus viperinas lenguas y sus afiladas garras en otros lares, y que los Dioses Cibernéticos cojan confesados a sus siguientes víctimas.
Aquí cesa esta crónica que espero tenga una continuidad más placentera con noticias gratas para todos.
A los que se han ido les deseo Salud y Larga Vida y a los que se quedan Salud y Paciencia.