UN SUEÑO PREOCUPANTE

La verdad que para estar en las fechas que estamos donde todo el mundo desea lo mejor al prójimo, he tenido un sueño que me ha descolocado y preocupado por su violencia y agresividad.

Yo no sé nada de  lectura o interpretación se sueños, si alguno de vosotros sabe o conoce a alguien que sabe que me diga de qué va esto que me tiene de mala leche.

Empiezo el sueño conduciendo un coche que tuve un Fiesta muy tronado, no sé dónde voy porque me guía un amigo que me va mostrando el camino en su propio coche, es un amigo al que le he perdido el rastro hace mucho tiempo pero ahí está en mi sueño. Circulamos a excesiva velocidad por un camino de tierra muy estrecho, por un lado hay montaña por el otro abismo, en un momento dado mi coche derrapa, la puerta se abre y caigo al vacío, estoy muerta de miedo porque mi cuerpo pende sin control, consigo agarrarme a unas piedras y raíces y poco a poco escalo de nuevo hacia el coche, entro en él y sigo conduciendo, encuentro a mi amigo un poco más adelante mirando el paisaje, le cuento lo que ha pasado y se extraña, no se ha enterado de nada, estoy enfadada con él, le echo en cara justamente eso, que nunca se entera de nada.

Llegamos a nuestro destino que en este caso es perfectamente reconocible, es Sitges, aparco el coche, ya no sé donde para mi amigo, ha desaparecido, camino por la calle, cuando en un balcón veo a una mujer, la conozco, hubo un tiempo en que fuimos amigas, pero ya no, (quede claro que el motivo del distanciamiento no tuvo nada de dramático) lleva un casco de motorista y me apunta con un arma, no sé que es pero es grande, un fusil o algo así; dispara y me tiro al suelo, ella grita sé que me insulta pero no recuerdo sus palabras, me arrastro por la acera mientras ella sigue disparándome, cien balas impactan en mi espalda, repto hasta quedar justamente debajo del balcón de manera que ella no me ve y no puede dispararme, sé que tengo que conseguir que vacíe el cargador, por ello de vez en cuando muevo un poco el cuerpo para que me vea y dispare, finalmente se queda sin balas.

Sale de la casa sin parar de gritar con el arma en las manos, yo corro a esconderme en medio de los coches que llenan por completo la calle, casi ni se puede caminar entre ellos, me agacho, corro, salto y finalmente encuentro el lugar idóneo y llamo la atención de mi agresora, viene hacia mí chillando con el arma en ristre, cuando llega cerca de mí, salto sobre ella la agarro por el cuello y empiezo a golpear su cabeza contra la pared, sin odio, sólo como autodefensa pero sin piedad, no me detengo hasta que su cabeza se convierte en una especie de tapa de Coca-Cola doblada, no hay sangre, ni mía ni suya, un momento antes de morir me mira y balbucea algo que entiendo: “¿Cómo has podido?, estabas herida”, luego muere.

Me voy renqueando pero entera hacia el hospital, que era el lugar inicial dónde iba, ya me esperan pero no por mis recientes heridas, era otro el motivo de mi visita, de todas formas me atienden, me quitan la chaqueta y efectivamente cuentan 100 impactos en mi espalda, agujeros negros que no sangran, retiran las balas y me voy a casa de mi tía, no sé porqué a su casa pero así es y allí está ella y buena parte de mi familia, conocidos y amigos.

Todo el mundo está enterado de lo sucedido aunque nadie se lo explica, nadie se extraña de que siga viva, todos miran mi espalda y cuentan los agujeros, siempre son 100.

Y me despierto.

De verdad que estoy inquieta, más que por las supuestas heridas, por la falta de sentimiento alguno durante el sueño por haber matado a una persona destrozándole la cabeza, así como por el terror que he sentido cuando colgaba sobre el abismo y que aún me dura.

No sé si tiene algún sentido, no consigo relacionarlo con nada y espero que no indique ningún tipo de futuro ni cercano ni lejano.

Menudas Fiestas Navideñas me está dando el sueñecito de marras.