Decidieron nuestros aventureros dar la vuelta al mundo.
Llenaron sus mochilas, inflaron las ruedas de su bicicleta tándem y salieron a la puerta de su casa con un mapamundi y un rotulador entre las manos.
-Empecemos, ¿arriba, abajo, derecha o izquierda? ¿Hacia dónde tiramos?
-Yo iría hacia arriba, eso es el norte ¿no?
-Mmmmm, sí creo que sí, bien al norte, pero con cuidadin que por ahí anda el Charcosi ese que la tiene tomada con los gitanos y tú lo pareces, a ver si nos van a mandar pa otro lado.
-Vale, pues pasamos rozando y derivamos a la derecha, o sea al este ¿no?
-Si, si pero no muy a la derecha que ahí está el Berlu…nosequé ese no sólo echa a los gitanos, sino a todos los que no le gustan o sea que pasamos de puntillas.
-Bien, ya hemos pasado de largo ese peligro y subimos un poco, o sea al norte.
-Uy! No sé, no sé, por ahí han tirado no se qué al suelo y a los ríos algo que contamina y quema y mata y esas cosas o sea que mejor nos mantenemos alejados.
-Buf! Bajamos rápido, a ver si se nos van a derretir las ruedas del tándem.
-Vale, bajamos, ¿sur? Si, hacia abajo es sur. ¡Anda! En esa zona somos unos infieles o sea que si nos pillan lo llevamos claro.
-¡Corremos hacia arriba! ¡Rapidito!
-¡Alto! Que si subimos demasiado llegaremos ahí donde el Chernóbil ese, que eso si que es peligroso.
-¡Sooooo! ¡Uf! Menos mal. Bien, ya estamos a salvo, yo seguiría por la derecha ¿tú qué dices?
-Si, a la derecha, ¿llevamos ropa de abrigo? Porque ahí hace un frio que congela los pensamientos.
-Pues por ahí no podemos tirar, volvemos a bajar y luego…
Y así siguieron un buen rato, aprovecharon para merendar mientras dibujaban flechas de aquí para allá sobre el mapamundi, tomaron un par de tragos de vino de la bota, se pusieron y se sacaron las bufandas y por fin salió la luna.
-Estoy reventado- dijo Pantacorto mientras desencajaba la mandíbula con un sonoro bostezo.
-Esto de dar la vuelta al mundo es agotador- confirmó Tiramillas.
-¿Qué te parece si mañana vamos de buceo al Triángulo de las Bermudas?
-Mañana no podemos, tenemos que ir al Serengueti ¿no te acuerdas?
-Cierto, cierto, lo había olvidado, pues lo dejamos para el lunes, que el domingo es para descansar.
Desinflaron las ruedas del tándem, vaciaron las mochilas y se fueron a descansar de su azarosa vuelta al mundo.