Como es natural las cosas que le pasan al niño tonto son tonterías, pero para él son grandes cosas que requieren grandes remedios.
Unos años atrás se encontró con uno de esos grandes problemas que no sabía cómo solucionar. Estaba tendido en el suelo con una hoja de papel enfrente de él, y dibujaba garabatos, era una cosa que le encantaba, le maravillaba que de esa pequeña puntita metálica saliera un hilillo de color azul que él podía dirigir hacia donde quisiera para hacer eso que él llamaba “dibujo”.
De golpe y sin previo aviso el bolígrafo se murió entre sus dedos, ya no salía el hilillo, el niño lo miró, lo remiró, lo volvió a mirar, le habló, lo acuno, pero nada, seguía si lanzar color azul. En un momento determinado lo miró a traves de la luz de la bombilla y confirmó sus peores temores: se había quedado sin alma, ese precioso color azul que recorría el cuerpo del bolígrafo había desaparecido.
Con las lágrimas y los mocos resbalándole por la cara fue en busca de su sabia madre.
-Ma..ma..ma, se ma muetttto- dijo con su media lengua de casi bebe- lalma, no tene alma
La madre sabia lo abrazó con suavidad le limpió la cara y después de consolarlo y acunarlo entre sus cálidos brazos le tomó de la mano y dijo
-Ven cariño.
Juntos fueron hasta un rincón de la casa hasta un mueble lleno de cajones.
-Mira mi amor, aquí hay mas almas de bolígrafo, cuando una de vaya coges otra y se la pones, además hay mas colores ¿lo ves?- tomó de sus manos el cuerpo del bolígrafo y con suavidad le introdujo un alma de color rojo- ¿te gusta este color o quieres otro?- el sacudió la cabeza de lado a lado. Estaba maravillado.
Miró a su madre con más amor aún, era la sabia más sabia de todas las sabias ¡y era su madre! Qué feliz se sintió.
Se limpió la nariz con la manga y corrió la sala a seguir garabateando con su nuevo bolígrafo de alma roja.
Recordaba ahora este episodio porque unos días atrás su hermana boba se puso a berrear porque a su bolígrafo se le había ido el alma, se sintió sabio llevando de la mano a su hermanita, enseñándole el rincón de las almas y explicándole cómo hacer para recuperar esas almas de colores, en la mirada de su hermana reconoció la suya propia, su hermana le amaba y le creía sabio.
Cosas que pasan en la familia tontuna… ¿o será que también pasan en las familias “normales”?