HAMBURGUESAS



Atiendo a una sugerencia de mi buena amiga Doña Urraca. He estado investigando en profundidad y no he hallado la receta adecuada a sus necesidades por lo que he decidido inventarla.

Me he encerrado en mi laboratorio culinario y por fin he salido con una nueva y revolucionaria receta de hamburguesa mixta.

Nos ponemos el delantal y empezamos.


Productos necesarios: Carne de vaca, no ternera, vaca. Como no entiendo nada del despiece de este bicho os recomiendo que pidáis en la carnicería que os vendan la parte más dura, con más nervios, la más cutre vaya. No carne picada, carne a lo burro, a mogollón, un taco de medio kilo o kilo y medio eso a vuestro criterio (si es que tenéis)

Materiales: Unas tijeras de cocina melladas. Otras de bordar desafiladas. Un botiquín del que retiraréis los analgésicos, puede haber tiritas, esparadrapo, yodo, agua oxigenada, alcohol, etc. etc. todo menos analgésicos

Unos auriculares conectados a algún aparato que reproduzca música.

Lo importante de esta receta es que debe ejecutarla el devora-hamburguesas. 

Se le sienta delante de una mesa con el cacho de carne delante, las tijeras de cocina en la mano y se le indica que corte la carne a tacos.

Ya os podéis poner los auriculares a buen volumen y así os evitaréis oír las quejas e imprecaciones que saldrán por la boca del corta carne.

Al poco rato se quejará de dolor en los dedos que sujetan las tijeras, podéis ponerle unas tiritas y que siga trabajando.

Cuando los trozos de carne ya no sean asequibles para las tijeras de cocina las retiráis y las cambiáis por las de bordar, desoíd las quejas del devora-hamburguesas y que siga cortando.

A partir de aquí es cuando la carne se convertirá en mixta, las puntas de los dedos del cortador se mezclaran con la carne de vaca, si los trozos son grandes guardadlos en el congelador para que más adelante se los reimplanten en el hospital. Esperemos que no se llegue a este extremo.
 
Subid el volumen de la música porque los ¡Ay! ¡Uy! ¡Joder! ¡Mecagoenla! ¡Arggg! irán en aumento. 

La mayoría de los devora-hamburguesas no llegaran a este estadio de la receta, pero si no es así y siguen ahí cortando debo deciros que tenéis un grave problema de hamburguerfilia en casa y que ya no es cosa mía solucionarlo.

Si consigue reducir el cacho carne a migajillas se merece comer todas las hamburguesas que le quepan en el coleto.

¡Ala! Haced la prueba y ya me contaréis. ¡Muahahahahaha!