ALL I OLI

Aquí va una nueva lección de Alta Cocina mejor dicho de Excelsa Cocina.


Debo aclarar que mi Maestro de Cocina (que está muerto aunque no lo sabe) me ha dicho que lo que os enseño no es lo que él me transmitió a mí, pero no le hago caso porque desde que la diñó tiene la memoria fatal, de todas formas tiene la manía de subirse a mi espalda mientras escribo por ello si veis alguna cosa extraña o sin sentido no son más que divagaciones del viejo cocinero que se interpone entre el teclado y yo.

Hoy vamos a hacer All i Oli, el primer paso importante es la traducción que a continuación detallo:

All, significa Ajo

i, significa y

oli, significa aceite

de lo que se deduce que all i oli significa Ajo y Aceite, ya sé que sois muy lista/os y lo habréis deducido pero mi responsabilidad como Gran Maestre de la Mesa dels Collons es enseñaros todo lo que yo sé y así lo hago.

Aclarado el tema vamos a los utensilios e ingredientes precisos para ejecutar con maestría este gran plato o salsa o lo que sea (ya está el pesado del Profe chiflándome al oído)

Utensilios:                                 

Un mortero como este por ejemplo.




                                               
                                        
                                                 
                                             
                                                            
         Éste no                                                    
ni este




Una mano de motero como esta mas o menos                             
                               




                                   y ésta menos


Un cuchillo pequeño como éste,  si tiene manchas tal que éste os aconsejo que no lo uséis pues podría haber servido para algo como esto.


Y una foto de alguien a quien odies, mucho, pero mucho, mucho, mucho.

Y ya está en cuanto a utensilios, vamos a los ingredientes:


Una cabeza de ajos como esta
¡he dicho ajos no ojos!                                                                             Esto noooo


Sal y aceite ambas cosas citadas en una receta anterior por lo que supongo que ya sabéis lo que son.

Empecemos, cogéis un ajo, no la cabeza entera de ajos no, solo uno, y lo peláis, cortáis por aquí por allá, en fin haced lo que queráis hasta conseguir quitarle esa pielecita estúpida que insiste en pegarse a los dedos, repetís la operación con dos o tres ajos más, una vez pelados los cortáis pequeñitos y los metéis en el mortero.

En este punto de la receta entra la foto, la colocáis en un lugar donde la veáis con total nitidez, os situáis enfrente, apoyáis el mortero en la encimera y con la mano de mortero empezáis a machacar los ajos, para darle la fuerza necesaria a vuestro brazo es preciso que os imaginéis que lo que estáis machacando es a esa persona de la foto a la que odiáis con un odio casi patológico y ¡ala! A machacar y más machacar, así, así, ¿a que da gustirrinín?.

Bueno supongamos que ya habéis convertido al jef.. digo a los ajos en una pasta, que es como deben quedar.

Preparáis la mesa y servís el mortero con su mano, una aceitera y la sal ¡Y que se espabilen! No querían all i oli pues ya tienen all i oli.

Cabe la posibilidad de servir la cabeza de ajos entera junto con la sal y el aceite pero seguro que no entenderían el sublime arte de la cocina que practicamos aquí, o sea que es mejor que lo sirváis con el ajo machacado.

Y eso es todo por hoy mis queridos alumnos, pronto os explicaré el sutil arte de preparar un arroz a la cubana.