PINTORES ¿?
Hola, hola,
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He sufrido una experiencia … pintoresca, o sea he tenido pintores en casa y eso amigos míos es toda una experiencia.
Para empezar hay que decir que trabajan a conciencia, pintan y pintan y pintan y cuando te das cuenta está todo TODO pintado, las paredes, el techo, las puertas, las sillas, el suelo, la ropa y,,, los espejos, bueno tengo que ser honesta: un espejo, el resto se salvaron.
No me preguntéis porque lo pintaron es uno de esos misterios insondables que jamás se revelan. Pregunté, claro que pregunté y la respuesta fue absolutamente lúcida y lógica: estaba ahí en medio de la pared que estaba pintando y como no se podía descolgar y hoy no he traído cinta de carrocero….
Está claro ¿no? El rodillo tiene vida propia y corre arriba y abajo sin importarle lo que halla en su rodante camino, menos mal que yo no me apoyaba en la pared que si no…
Otro tema que no he conseguido dilucidar es como es posible que poniendo sábanas enormes para tapar todos los muebles, los quemadores de mi cocina (recién comprada por cierto) hayan pasado de un bonito negro esmalte a un negro esmalte con topitos amarillos que “casualmente” es el color que elegí para LAS PAREDES de la cocina.
No vamos a tocar el tema de los horarios porque se escapa a mi capacidad de comprensión.
Tampoco se explicaros porque después de haber visto el piso y haberlo dimensionado resulta que falta pintura, ¡a saber!, será cosa del metro que se acorta o se alarga dependiendo del ciclo lunar…o algo así.
Si alguno de vosotros se halla en situación de precisar abrir la puerta de vuestro hogar a los pintores, aseguraos que cuando dicen que ellos se encargan de mover los muebles eso signifique que los mueven ANTES Y DESPUES de pintar, ejemplo: “Oye perdona pero antes de iros acordaros de poner la cama sobre sus cuatro patas porque así apoyada en la pared no es cómoda para dormir je! je!. Respuesta: Claro no se preocupe señora no se lo vamos a dejar todo patas arriba, usted tranquila”. El somier lo pusieron si pero ¿y el colchón que habían trasladado al otro extremo de la casa? NO.
Estoy “eslomá”, odio pintar el piso, odio el olor a pintura, odio los muebles que se mueven, odio los espejos que se dejan pintar, odio las esquinitas que por lo visto no se dejan pintar, odio los cables que mantienen contra viento y marea su antiguo color amarillento, odio el suelo y sus brochazos, odio los agujeros en la pared que siguen ahí a pesar del acuaplast y los agujeros con sus tacos y sus alcayatas que deberían estar y han desaparecido, en fin que si lo se no pinto.
Aclaro que no odio a los pintores ellos solo hacen su trabajo: pintan.