LAS BRAGAS PERDIDAS



Es un triste asunto que sucedió no hace mucho y que sigue alterando mi ser cuando lo recuerdo, por eso hoy solicito vuestra inestimable ayuda.

Perdí mis bragas. No unas bragas, no, LAS BRAGAS.

Fueron confeccionadas para mí, única y exclusivamente para mí y llevábamos tantos años juntas que mi vida perdió parte de su sentido al perderlas.


¿Cómo y dónde se pueden perder unas bragas? No lo sé.

No las perdí en la calle puesto que cuando salgo voy sin ellas, precisamente para evitar su pérdida o robo. Te sientas en cualquier bar a tomar un café y subrepticiamente te las roban o quedan enganchadas en la silla y te vas sin ellas. No, no, tuvo que ser en casa.


Busqué por todos los rincones. Encima, dentro y debajo de la cama. En los almohadones del sofá y debajo de ellos, nada, nada.

No recordaba haberlas puesto a solearse, cosa que hago 2 o 3 veces al año, las sacudo bien y las tiendo a que les dé el sol y el aire, porque las pobres viven a oscuras y me parece de ley que de vez en cuando vean el mundo de la luz, así que mire en el tendedero pero no, allí no estaban.


Finalmente miré en el mingitorio, no fuera caso que me las quitara para mingitar y se quedaran ahí olvidadas, pero no, de manera que tomé con fuerza y determinación el desatascador y chupeteé con él la taza mingitoria. Recuperé varias cosas que ni sabía que había perdido, varios botones, el tapón de un bolígrafo (el bolígrafo no) los huesos de algunas aceitunas (las aceitunas no), el envoltorio de un chicle (el chicle no), en fin cosas que en algún momento se metieron en mi estómago y de ahí al mingitorio pero las bragas no, hubiera sido ciertamente extraño puesto que en mi actividad mingitorial siempre me las bajo pero a veces voy pensando en otras cosas y podría haberme despistado sentarme con ellas y lanzarlas al negro pozo de los residuos mingitorios.

Les di a mis gatos potentes vomitorios y laxantes con la esperanza que alguno de ellos hubiera jugueteado y finalmente se las hubiera tragado, pero después de explorar con detalle los residuos depositados me vi en la triste certeza de que mis bragas habían desaparecido definitivamente.

Recordé que cuando me las regalaron para mi cumpleaños me sentí mujer, me sentí mayor. Durante años tuve que adaptarlas con imperdibles aquí y allí hasta que alcance el tamaño adecuado para que mis bragas circundaran adecuadamente mi cintura. Mucho chocolate y mucha patata tuve que ingerir para llegar al tamaño adecuado pero al fin lo conseguí y desde ese día fuimos una sola.

Esa noche mientras lloraba la pérdida de mis muy amadas bragas recordé un comentario hecho por los mayores y que yo oí de refilón.

-Esperemos que nunca la abandonen, ya sabéis que hay bragas que salen viajeras…. Y cuando eso pasa no hay nada que hacer, confiemos en que estas sean de las caseras y nunca les dé por ver mundo.

De manera que hoy me dirijo a vosotros/as queridos/as amigos/as si veis unas bragas con el hatillo al hombro son mis bragas, recompensaré debidamente cualquier información al respecto. Sus características son las siguientes:


2 metros de ancho por 1 y medio de alto


Fondo lila con dibujitos de lacitos


Un bordado del Correcaminos por delante y uno del Coyote por detrás, si se las hace girar con rapidez parece que se persiguen mutuamente.


Sin goma, llevan un cordoncito dorado con el cual me las anudo.


Ambas perneras bordadas en macramé rematado con bolitas de colorines.

No hay otras iguales, por favor, pido ayuda, necesito recuperar mis bragas que se me enfrían los bajos.

Gracias