¡QUE DESPERDICIO!

Mucho hablar de reciclar y ahorrar y no sé qué sostenible pero lo cierto es que somos unos derrochones que desperdiciamos lo más esencial: los excedentes de nuestro amado cuerpo mortal.

¿Nunca os habéis preguntado dónde van todas esas partes de nuestro cuerpo que tan alegremente desechamos? Cabellos, uñas, grasa, orina, lágrimas y un largo etcétera que no me apetece detallar ¿qué hacemos con ello cuando lo arrancamos sin ningún remordimiento de su emplazamiento natal? Lo tiramos, todo lo tiramos lo convertimos en basura cuando en realidad se podría usar para hacer cosas útiles.

Las uñas, una amiga me dijo que se convierten en polvo, si claro, polvo de uñas en los muebles ¿no? Pues habrá que pasar el corta uñas en lugar de la gamuza, pero no importa en qué se convierten sino en lo que podrían convertirse. Maracas, con las uñas de los pies se podrían hacer maracas y con las de las manos cascabeles o sonajeros, imaginad la cantidad de uñas cortadas que hemos desperdiciado desde que nacimos, ¡Cuántos niños podrían haber disfrutado del sonido de sus uñitas metidas dentro de sus alegres sonajeros! Y Machín en lugar de maracas rellenas de semillas de calabaza habría amenizado nuestras veladas con un Angelitos Negros a ritmo de maracas uñeras.

Las lágrimas, ese sí que es un terrible desperdicio. Nada de trasvases de ríos de aquí para allá y comunidades peleándose que si el rio es mío que no que es mío, si guardáramos todas las lágrimas desde que nuestra madre nos pare imaginaos la de garrafas que podríamos llenar, y en caso de escasez de lluvias podríamos recurrir a nuestras queridas lágrimas sin distinción de si son de alegría o de tristeza.

Sigo con ejemplos gráficos, el sudor, ¡puaj! Dirán algunos, pues no nada de puaj porque a nuestras queridas plantas de interior lo mismo les da que sea sudor o agua de grifo con su flúor y sus lejías y sus otras cosas que lleva, agua vitaminada y mineralizada, eso es lo que daríamos a nuestras plantitas y ellas felices nos regalarían flores de colores (desconozco si la fragancia de las flores se mantendría o si adoptaría tonos sudoríparos)


Y del pelo ¿qué me decís del pelo? Cada corte de pelo, cada depilación de cejas, cada pelo del bigote groseramente arrancado, por no hablar de los kilos de pelos de piernas y sobacos, se debería guardar para posteriores usos ¿Cuántos colchones, almohadas, mantas, etc., se podrían hacer tejido con nuestros perdidos pelos?, ¡venga de comprar nórdicos rellenos de plumas! podríamos rellenarlos de nuestros propios pelos y cabellos y serían más ecológicos y por supuesto muchísimo más económicos.

Cada liposucción podría proveernos de grasa para diversos usos (los cuales de momento no me imagino pero algún sabio habrá por ahí que discurra algo)
Dejo a los expertos el uso que se podría hacer de las funciones fisiológicas de vaciado intestinal y uretral.

En resumen que somos unos desaprensivos con nosotros mismos y con la naturaleza que todo lo aprovecha. ¡Recojamos nuestras partes sobrantes no las tiremos! ¡Por el aprovechamiento total!