He
llegado a la conclusión de que tenemos lo que nos merecemos después
de chafardear por ahí las críticas a series, tele y películas en
general.
Me
dio por ver si la gente coincidía en lo que pensaban de estos temas
y me he quedado espatarrada, ojiplática, bocabadada como se dice en
catalán o sea boquiabierta, sorprendida para mal. En general la
mayoría de la gente está contentísima con de lo que escupe la
tele.
Ya
había notado que el nivel de exigencia era muy pero que muy bajo
cuando vi lo que los espectadores opinaban respecto a la ínclita
Águila Roja, nadie parecía darse cuenta de la cantidad de fallos
históricos como por ejemplo que todo cristo sabía leer y escribir
cuando en realidad en esa época casi nadie sabía y menos doncellas,
criadas, pastores y demás gente del pueblo, o el hecho de que un
niño pudiera gritarle a su padre e incluso insultarle, hay que saber
que en esa época a los padres se les hablaba de usted y no entraba
en la cabeza de un niño poder intimar con ellos, eran figuras de
autoridad a las que no se cuestionaba, claro que debía haber
rebeldes que luchaban contra esas y otras normas pero no hasta el
punto que nos mostraban al hijo del maestro o sea del propio Águila
Roja. Había muchas más cosas que merecían malas críticas pero no
vi ni una, las habrá seguro pero yo no las encontré por lo que
supongo que deben ser pocas.
Por
supuesto todos los culebrones y series españolas son aplaudidísimas,
desde Aquí no hay quien viva hasta GymToni, donde hay un actor que
es el que da nombre al supuesto gimnasio que nació con vocación de
aspas de molino porque si meneara un poco más los brazos podría
crear tifones en el plató, no digo nada de los guiones porque no se
si los hay.
Caí
en el foro de una página en la que se hablaba de Los 100, la crítica
del moderador de la blog me animó a quedarme en él puesto que
opinaba lo mismo que yo respecto a la serie, se explayaba mucho más
que yo y ponía en evidencia la estupidez de muchos de los criterios
que rigen la serie, la abundancia de incongruencias que la adornan e
incluso la deficiente interpretación por parte de algunos actores y
actrices. A continuación otros usuarios de la página dejaban sus
opiniones y ahí es donde se me desprendió la mandíbula inferior
leyendo los elogios que merecía la susodicha serie. Si el nivel de
exigencia de los jóvenes en general es la que se muestra en sus
opiniones en ese tema mal andamos, a muchos de ellos les parece que
es la mejor serie de ciencia ficción que jamás se ha filmado, la
primera pregunta que se me viene a la mente es ¿qué ciencia
ficción? Al parecer no saben lo que es eso porque sino no la
calificarían como tal.
Sólo
un par o tres de participantes en la página denostaban la serie e
incluso alguno de ellos frente a la avalancha de los pro100, acaban
por rectificar un poco diciendo que la primera temporada sí que era
mala pero que luego en la 2ª y 3ª mejoraba, de pena vaya.
Ese
mismo fenómeno se da con Juego de Tronos como ya comenté en otro
post, no hay casi críticas a la serie y cuando las había venían de
lectores, de gente que había leído los libros y se quejaba no de la
serie en si, sino de las diferencias que ésta lucía con respecto a
los libros, a partir del momento en que la serie ha superado a los
libros, es decir que ya no se rige por ellos puesto que sus
argumentos han ido más allá en el tiempo y en el desarrollo de los
personajes, se acabaron las críticas y todo ha sido “genial,
fantástico, brutal” y cualquier otro calificativo que signifique
bueno, bonito y barato, bueno barato no sé aunque podrían haberse
lucido un poco más en efectos especiales que al parecer son caros y
por eso los han usado menos de lo deseable.
Ni
hablemos ya de The Walking Dead en la que da lo mismo que lo mismo da
a quién maten mientras las muertes sean bien sangrientas.
En
resumen que tenemos lo que nos merecemos tanto en lo que respecta a
la TV como a la vida en general, somos poco exigentes, y nos tragamos lo
que nos metan por el gaznate y por la sesera así sea un gallego
impertérrito o un payaso americano, todo va bien mientras nos den
pan y circo, sólo que a veces sin darnos cuenta acabamos siendo la
comida de los leones del circo.